Industria vitivinícola se prepara ante extensión de temporada de lluvias
Viñateros dicen que de continuar las precipitaciones aumentaría el riesgo de enfermedades en las plantas, especialmente hongos.
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Una de dulce y otra de agraz. Las lluvias registradas han colaborado a recuperar tranques y napas subterráneas, lo que es bienvenido en la industria agrícola en general y en las viñas en particular. Sin embargo la extensión de las lluvias podría traer algunos efectos negativos.
Juan Carolus Browne, presidente de la Federación de Productores de Fruta de Chile (Fedefruta), explica que si las lluvias se extienden hasta noviembre los cultivos más afectados podrían ser las uvas y cerezas, pero por ahora no debiera haber daños.
Browne agrega que si llueve en ese periodo la industria tendría que aumentar su gasto en productos químicos funguicidas, ya que las lluvias mezcladas con temperaturas moderadas a altas son determinantes para la aparición de hongos. Este gasto se podría elevar fácilmente en un 15%, según estimaciones del vocero de la asociación.
En tanto, Loreto Mery, Secretaria Ejecutiva subrogante de la Comisión Nacional de Riego del Ministerio de Agricultura, dice que las recientes lluvias permitirán mejorar las condiciones de riego para el sector agrícola, aun cuando el escenario de sequía continúa en la mayor parte del país, situación que mejoraría con los deshielos.
Viñas
El sector vitivinícola también está expectante sobre lo que pasará en las próximas semanas. En viñedos Emiliana señalan que “luego de varios años de sequía especialmente desde la IV hasta la VI región, esperamos una recuperación de tranques y napas subterráneas, lo que nos permitirá asegurar un correcto ciclo productivo para los años venideros”. De todas formas detallan que las precipitaciones continuas desde mediados de primavera, pueden aumentar el riesgo de enfermedades y heladas en los viñedos de las zonas cordilleranas.
Dentro de tres semanas las lluvias pasarían a ser dañinas para las plantas porque comenzará el periodo de floración. “En ese momento las precipitaciones pueden provocar problemas de cuaja de los racimos incidiendo directamente en la producción. Incluso podríamos tener aparición de enfermedades poco comunes en la Zona Central, como el mildiu (hongo). Si estas precipitaciones estuviesen acompañadas de heladas la situación puede ser aún más compleja”, sostienen y agregan que los principales gastos se destinarían a reforzar programas fitosanitarios con funguicidas, lo que elevaría los costos entre 4% y 6%.
En Viña Casa Silva afirman que por ahora la lluvia solo tendrá efectos positivos por la mayor disponibilidad de agua.
Eso sí, destacan como efecto negativo, pero poco probable, el registro de heladas. Otro de los efectos negativos es la mayor proliferación de malezas, lo que aumenta el potencial de enfermedades como oídio o botritis. “Hemos realizado políticas de prevención y trabajamos bajo los programas de sustentabilidad, por lo que existe la forma de prevenir todos estos efectos”.